El anuncio del presidente Gustavo Petro sobre el aumento del salario mínimo para 2026 puso en el centro del debate un concepto poco usado en Colombia, pero ampliamente reconocido a nivel internacional: el salario mínimo vital. La decisión se tomará por decreto, luego de que la mesa de concertación salarial no lograra un acuerdo entre empresarios y trabajadores, y abre una discusión sobre cómo debe calcularse el ingreso básico de los colombianos.
¿Qué es el salario mínimo vital del que habló el presidente Petro?
Según explicó el propio mandatario, se trata de un salario que no se limita a compensar la inflación, sino que busca garantizar condiciones de vida dignas para los trabajadores y sus familias. Este enfoque retoma los estándares de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), así como los principios establecidos en la Constitución y la jurisprudencia colombiana.
A diferencia del salario mínimo tradicional, que se fija principalmente con base en variables como inflación y productividad, el salario mínimo vital se calcula a partir de la canasta mínima necesaria para la subsistencia de un hogar. Esto incluye alimentación, vivienda, servicios públicos, salud, educación, transporte y otros gastos esenciales. Además, el concepto no se enfoca en el trabajador individual, sino en el ingreso familiar.
“Es un salario familiar, no individual. Se tiene en cuenta cuántas personas viven en un hogar y cuántas generan ingresos. Esos datos existen y nos dan el salario mínimo que vamos a decretar”, señaló Petro en su alocución previa a Navidad.
Según cifras presentadas por el Ministerio de Trabajo con base en estudios de la OIT, una persona adulta requiere un consumo mínimo diario de 2.856 calorías, lo que representa un gasto mensual de cerca de $394.819. Para un hogar promedio de cuatro personas, solo el rubro de alimentación asciende a $1.288.654. A esto se suman los costos de vivienda digna, servicios públicos y otros gastos esenciales, llevando el valor total de la canasta vital a cerca de $2.982.960 mensuales.
La OIT estima que en Colombia hay, en promedio, 1,5 asalariados por hogar. Bajo ese supuesto, el salario mínimo vital neto por trabajador debería rondar los $1.988.640, una cifra que evidencia la brecha entre el ingreso actual y lo que organismos internacionales consideran suficiente para una vida digna.
Con este enfoque, el Gobierno sostiene que el salario mínimo en Colombia ha estado históricamente por debajo de ese umbral vital, razón por la cual defiende un incremento de dos dígitos para 2026. Fuentes cercanas al proceso indican que el aumento estaría por encima del 12 %, lo que elevaría el salario mínimo a cerca de $1.596.000, más auxilio de transporte.
El planteamiento ha generado controversia. Mientras los gremios empresariales advierten que un aumento elevado podría afectar el empleo y presionar la inflación, las centrales obreras argumentan que un mayor salario fortalece el poder adquisitivo y dinamiza la economía. En medio de estas posiciones, el presidente Petro insiste en que el aumento busca cumplir un mandato constitucional: preservar el poder adquisitivo del salario y garantizar condiciones de vida dignas.
Así, el salario mínimo vital se convierte en el eje del aumento salarial para 2026 y en una nueva forma de entender el ingreso mínimo en Colombia, con un enfoque centrado en las necesidades reales de los hogares y no solo en indicadores macroeconómicos.
